Las pantallas forman parte de la rutina diaria de la mayoría de las personas. Algunos hasta se duermen mirando su celular… aunque no sería lo ideal. Mirta Ana Averbuch, jefa de la Unidad de Medicina del Sueño del Hospital Universitario Favaloro, explica: «Las pantallas de los celulares emiten una luz azul muy intensa que interrumpe la secreción de una hormona de la glándula pineal del cerebro, la melatonina, fundamental para el sueño».
No poder dormir de noche por un dispositivo digital tiene un nombre: «insomnio tecnológico«. La melatonina es la hormona que se activa con la oscuridad, ingresa al torrente sanguíneo cuando comienza a oscurecer. Durante el día no se produce, por lo tanto, si es de noche y encendemos una luz intensa como la de los celulares, la interrumpimos abruptamente (confundimos al cerebro, que ya no reconoce si es de día o de noche) y puede retrasarse el sueño. Lo ideal es no utilizar el celular en la cama, o por lo menos elegir la opción «luz de noche», que es menos intensa.
«Hoy existen muchos estudios que muestran los perjuicios para la salud psicofísica, la socialización y el sueño producidos por las numerosas horas pasadas frente a las pantallas. Es aconsejable apagar el celular al irse a la cama, especialmente los niños y adolescentes», finaliza Averbuch.